¿Cómo reducen las cabezas los jíbaros?
MUY INTERESANTE • Abril 11, 2015
Los jíbaros, unos indios que habitan al norte del río Marañón, en el altiplano ecuatoriano, tienen la desagradable costumbre de reducir al tamaño de una mandarina las cabezas de los enemigos muertos en combate.
En una pomposa ceremonia -orquestada por el hechicero de turno- la cabeza reducida o tsantsa pasa a ser un trofeo, un fetiche de buena suerte para el guerrero que derrotó a su adversario.
Según cuenta la leyenda, todo aquel que tiene en su poder una tsantsa adquiere poderes sobrenaturales, y está a salvo de los espíritus malignos.
El proceso completo de la reducción aún es un misterio para la ciencia.
Después de haber pelado la cabeza recién degollada, los indios la introducen, condimentada con extraños brebajes, en un caldero con agua hirviendo. Tras la cocción, los jíbaros extraen el contenido de la calavera y, una vez limpia, es cubierta con una mezcla de tierras y rodeada con piedras calientes.
Pasado un tiempo, la desentierran y aparece una versión reducida de la faz del guerrero del tamaño de un puño, sin alterar su fisionomía. Parece ser, que el secreto de esta práctica está en la composición de las pócimas que los chamanes jíbaros guardan celosamente.
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